Lo que hacemos con lo que queda de Mallorca (I)

Diario de Mallorca
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3.1 Ord. Territori i M. Ambient
Mallorca
Arnau Panadés
15/02/2007

Avaricia es el pecat que consisteix en sostreure els bens als pobres. Ramon Llull. Liber proverbiorum.

La pasada Festa del Beat. 27 noviembre 2006. A las 19.30 en la Basílica de Sant Francesc, Misa solemne concelebrada presidida por el Excmo. y Revmo. señor Obispo de Mallorca, con la participación del Cor de Mestres Cantaires y coro de la OUM. En primera fila nuestra alcaldesa, participando con todos los asistentes en el ágape de manos de nuestro obispo. Magnífico ritual que terminó formando en procesión todos los ciudadanos, encabezados por la señora Cirer, hacia la capilla del Beato para ir besando uno a uno su reliquia, presentada en una cajita de cristal, sostenida por uno de los oficiantes de la Misa.

Después pasamos al salón de actos para escuchar la conferencia del Dr. Pere Ramis Serra: "La ciudad y el entorno ético-político en el pensamiento luliano".

Antes de empezar la conferencia, el presentador excusó la desaparición del señor Obispo y la señora Cirer, pues tenían que asistir a una entrega de premios de la COPE. Supongo que después les pasarían el texto de la conferencia, dado su interés, ya que versaba sobre "El llibre de les besties" y la serie de instrucciones que contiene para el Buen Gobierno de la Ciudad.

Nuestra alcaldesa ha confesado que cada mañana escucha a Federico.

Si en vez de escuchar tanto la radio se pusiera, por ejemplo, una sonata de Galuppi y tecleara en Google: Corredor Verde, Parc de les Vies o Coulée Verte.

A lo mejor saldría de su amorosa obcecación por asfaltar el espacio urbano que ha liberado el soterramiento de las vías del tren.

Si no escuchara tanto la radio, no podría obviar que en todas las ciudades con cara y ojos, cuando se sotierra la vía férrea, el espacio que deja libre se destina a corredor verde: una vía ajardinada peatonal y, como máximo, con un carril bici. Ofreciendo una nueva y distinta alternativa a la ciudad, enriqueciendo su trama viaria y mejorando consecuentemente la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Pues no, resulta que lo que le hace falta a Palma es una calle igual que las que ya hay, para que no haya discriminaciones. Y que los vecinos egoístas de Jacint Verdaguer renuncien de una vez a su sueño, a esta ocasión irrepetible para la ciudad. Por solidaridad y para no provocar envidias, es mejor olvidarse de una vez por todas del dichoso corredor verde, del puente evaporado y vuelto a reconstruir, del Parc de les Estacions arrasado y renacido de sus escombros y todo lo demás.

Lo demás es, por ejemplo, que ni siquiera está claro qué alineación tiene Jacint Verdaguer. Que si tres metros atrás o tres metros adelante, qué importa si hay que sufrir, qué importa si hay o no hay corredor verde para los que se van a quedar atrás: si de todas maneras lo único que podrán ver será la medianera del edificio colindante tres metros adelantado respecto a ellos.

¿Que importa si los horrores urbanísticos se cometen por amor?


Este tipo de alineación en diente de sierra, tan original por impensable y aberrante, ha sido acuñado con gran éxito por el anterior consistorio de Ses Salines en una zona de la Colònia de Sant Jordi. Y ya se pueden apreciar los resultados. Naturalmente que no lo pudo hacer él solo: le ayudaron la Comisio d´ Urbanisme, Ordenació del Territori i Patrimoni Històric y nuestra paciencia y nervios de acero.

Es cachaza mallorquina o paranoia de supervivencia. Mi amigo que vive en Avenida Antoni Maura, arquitecto y pintor por más señas, participó en la movida vecinal, durante las obras del nuevo parking y remodelación de la avenida. La cosa se acaloró cuando, entre otras cosas, se opusieron rotundamente a la tala del último ficus que quedaba en la avenida. A los pocos días le hicieron saber que su moto, que llevaba tres años aparcándola junto a su coche en el parking del Mar que tiene alquilado, también tenía que pagar un alquiler. Nunca sabremos si fue una maldita coincidencia o si el frío brazo del poder tiene impensables y miserables ramificaciones. Da vértigo pensar lo que puede pasar a la hora de otorgarle una licencia de obras a uno de sus proyectos.

Este bochornoso asunto de ses Estacions: parque, puente y corredor verde. Es la prueba irrefutable de los grandes avances, en la senda del Tao, que han hecho los habitantes de Palma y del resto de la isla. (Pues Palma no sólo es disfrutada o padecida por los que están en su padrón). Tiene su mérito la imperturbabilidad con que contemplamos impávidos tanta imprevisión, indecisión, ceguera y dilapidación de caudales públicos, con esta aberrante manera de hacer ciudad, que le va de perilla a mi gremio.

Porque, sin duda, el corredor verde o Parc de les Vies, que reclama la ciudadanía, se hará. Lo que pasa es que hay que entender esta "amorosa forma de hacer" de nuestro consistorio liderado por la señora Cirer:

1º- Precipitadamente se hace.

2º- También precipitadamente se hace.

Y 3º- Finalmente se vuelve a rehacer.


Arnau Panadés es arquitecto.